En los últimos días, un grupo de 200 militantes de la Alianza Verde del Valle anunció que apoyaría a Gustavo Petro en la consulta y que no se siente identificado con Sergio Fajardo. En el Huila, uno de los fundadores del partido Verde en el departamento, miembro de la dirección nacional y candidato al Senado por ese movimiento, dijo que le iba a hacer campaña al candidato de la Colombia Humana y no al de la Coalición Colombia. Y en Tunja, el candidato de la Alianza Verde adhirió al candidato de izquierda.
Son tres casos de militantes de izquierda en el Verde, con pocos votos, que eran petristas antes de unirse al Verde o son ex militantes del M-19 que ante la disyuntiva se le han abierto al candidato paisa. La incógnita es si esto representa un riesgo para Fajardo por ser el comienzo de una desbandada de gente del Verde y del Polo hacia la candidatura petrista o una oportunidad para reforzar su posicionamiento en el centro.
Parte de tranquilidad
Aunque Fajardo hoy no tiene oficialmente el aval del Partido Verde lo tendrá en las próximas semanas y armó una alianza sólida, como se nota en que en varias de las listas verdes hay candidatos fajardistas, empezando por Iván Marulanda, su candidato al Senado y número 2 en la lista verde.
Además, ya es tan claramente el candidato del Partido que aparece en su imagen oficial y este martes el Partido lanzó su campaña institucional para que la gente vote por él, “Con el verde se puede”. Un lanzamiento oficial en el que estuvo con Claudia López, el senador y copresidente verde Jorge Iván Ospina; y la cabeza de lista al Senado, Antanas Mockus.
De hecho, toda la campaña es un guiño a Fajardo: su eslógan retoma el “Se puede” que identifica su campaña, además de su cara, su firma y un girasol. Es decir, retoma sus distintivos de campañas anteriores de él.
Además, en las giras de Fajardo ha estado casi siempre acompañado de por lo menos un verde. Solo en la última semana estuvo en Cali con el senador verde Jorge Iván Ospina y la candidata verde a la Cámara Catalina Ortiz (quien es de Compromiso Ciudadano, lo que muestra la imbricación entre el fajardismo y ese partido)
¡Excelente inicio de día de la mano de estas maravillosas personas! Nos encontramos en el desayuno de bienvenida en nuestra Cali bella para ir con toda la energía a la Caravana de la Esperanza. @sergio_fajardo@JERobledo@JorgeIvanOspina¡Nos vemos ésta tarde! pic.twitter.com/DmlgNM61cj
— Catalina Ortiz 101 (@cataortiz101) 2 de febrero de 2018
Hoy la capital está adolorida. Sufre por la polarización dañina. Mi reto personal, en esta campaña, es reivindicar el valor que tiene Bogotá para Colombia como una ciudad de oportunidades. Mañana es el primer paso. Con la #CoaliciónColombiaEnBogotá, #SePuede. Nos vemos. pic.twitter.com/kJa0EgUxPX
— Sergio Fajardo (@sergio_fajardo) 5 de febrero de 2018
Buena caminada con la #CoaliciónColombiaEnSantander. Sol y viento. Trabajamos sin parar pero pasamos bueno. Hemos logrado crear una gran camaradería. Esos lazos de solidaridad son invencibles. Seguimos. pic.twitter.com/V1D2QBAYt9
— Sergio Fajardo (@sergio_fajardo) 7 de febrero de 2018
Con esos datos, en el fajardismo hay tranquilidad.
“El 80 u 85 por ciento de los verdes está claramente acá pero hay unos grupos que claramente no lo están”, dice Santiago Londoño, mano derecha del candidato. “Nosotros seguimos avanzando porque esta es una coalición que va más allá de los partidos políticos, porque es de millones de ciudadanos”.
Pero ese 15 o 20 por ciento es el que está empezando a sonar.
Verdes de otros colores
Lo más visible, hasta ahora, han sido los pronunciamientos de varios grupos que se han ido a hacer campaña con Petro, empezando por el candidato al senado Fabio Mariño, un comandante del M-19 que se paró en la presentación de listas en la Plaza de Bolívar para pedir que se aliaran con Petro y a quien este candidato le ha dado importancia como prueba de que los verdes se están deslizando hacia él
Con Fabio Mariño, candidato 19 al senado del Partido Verde y Pedro Pablo Salas, quien acaba de renunciar al Polo Democrático, confluyen en el apoyo a la campaña presidencial de Colombia Humana. pic.twitter.com/2CFmI80bEz
— Gustavo Petro (@petrogustavo) 31 de enero de 2018
Lo mismo ha ocurrido en el Valle, en Huila y en Caldas.
Todos ellos tienen en común que vienen de la izquierda, especialmente de Progresistas o estuvieron en el M-19, y que no tienen mucha fuerza electoral: no hay congresistas, diputados, concejales ni ediles.
Y, por ejemplo, el que hizo ruido en el Huila, Miguel Rodríguez, solo sacó 824 votos al Senado en su última campaña en 2010 y Mariño no ha sido candidato a ningún cargo desde 1991.
Por eso, por lo menos por ahora, ese movimiento hacia donde Petro es marginal en términos electorales.
El político verde de más peso que está lejos de Fajardo es el concejal de Bogotá y candidato al Senado Antonio Sanguino, quien abiertamente apoya a Carlos Caicedo, el ex alcalde de Santa Marta y candidato por firmas que se medirá con Petro en una consulta el próximo 11 de marzo, el mismo día de las elecciones al Congreso.
Sanguino, que apoya a la hermana de Caicedo, Patricia, a la Cámara en el Magdalena (va por firmas), argumenta que apoya a Fajardo y que lo que está haciendo es convocar a los ciudadanos y sus amigos a votar por Caicedo en la consulta, que es abierta.
“Eso no tiene lío. En la consulta liberal Claudia López llamó a votar por De La Calle”, dice. “El Congreso del partido aprobó una coalición amplia, creo que eso se debe hacer y que es más fácil hacerla con Caicedo que con Petro después de analizar lo que ocurra el 11 de marzo. El partido no puede quedarse en inamovibles”.
Otro caso es el de Juan Luis Castro, candidato al Senado que hace cuatro años lo intentó por el partido Liberal, quien ha hecho giras durante su campaña con Piedad Córdoba, candidata por firmas y quien es su mamá.
Caminando hoy con mi hijo @JLCastroCordoba las calles del barrio Manrique en el oriente de Medellín, conversando con sus habitantes, escuchando sus problemáticas y contándoles nuestras propuestas. pic.twitter.com/B1P1axFYuY
— Piedad Córdoba (@piedadcordoba) 3 de febrero de 2018
Esos dos casos, incluso si terminan lejos de Fajardo, no necesariamente implican pérdidas grandes entre los verdes: Sanguino, que tiene visibilidad en la opinión, obtuvo 12 mil votos en 2015; Castro, menos conocido, sacó más de 23 mil en 2014.
En contraste con Fajardo están Claudia López, Mockus, los senadores Jorge Iván Ospina (ex alcalde de Cali), Antonio Navarro (ex gobernador de Nariño) y Jorge Prieto, el ex ministro y candidato al Senado Jorge Londoño, y muchos candidatos al Congreso.
A pesar de tener ese apoyo, las salidas pueden crear ruido alrededor de Fajardo, un ruido que puede jugar a su favor o en su contra.
En su contra porque, aunque su candidatura busca votantes de opinión y no amarrados, sí le quitan estructura que muchas veces es necesaria para, por ejemplo, repartir información de su candidatura, tener seguidores que defiendan sus posturas en diferentes espacios o impulsar sus candidatos en las elecciones de marzo. Pero sobre todo, porque como se van haciendo ruido, se crea la impresión de que Petro va ganando fuerza a consta de Fajardo, un 'momentum' que es reforzado por las tendencias de las encuestas.
Además, muestran que dentro de la militancia verde hay una puerta abierta para acercarse a otros candidatos, especialmente Petro, que pueden cruzar otros verdes si la candidatura que pinta más fuerte para representar el centro o la izquierda no es Fajardo.
Pero es un runido que también puede funcionar a su favor porque le hace más fácil desligarse de decisiones de otros verdes, como ya le ocurrió con la publicidad del candidato a la Cámara en el valle Eli Shneider que comparaba al azúcar con la cocaína y que motivó un rechazo público de Fajardo.
Y, sobre todo porque le permite profundizar su estrategia Macrón pues con los petristas verdes abandonando su barco tiene un argumento fuerte para mostrar que no es un “castrochavista con piel de oveja”.
Por eso, al final, si los verdes que lo abandonan son todos claramente de izquierda, Fajardo podría ganar mucho perdiendo poco. Pero solo si son tan pocos como se confían los fajardistas.
